Litro a litro: eficiencia contra despilfarro

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Combustible que se dilapide es igual a comida que no llegará nunca a la mesa de los avileños. Así de simple es el cálculo.

Caricatura Combustible de Michel Moro

Llamémonos a capítulo y revisemos en qué se gasta cada litro de combustible, porque es inconcebible que en algunas entidades puedan cumplir, o acercarse al 100 por ciento de lo previsto a hacer, y en otras pongan como excusa la falta de diésel, teniendo similares asignaciones. Más o menos así fueron las palabras de Liván Izquierdo Alonso, miembro del Comité Central del Partido y primer secretario en Ciego de Ávila, durante una reciente reunión con las autoridades políticas y administrativas de los municipios.

Me perdonarán la falta de literalidad, pero acaso no es la exactitud de las frases lo más importante, sino la idea que transmiten: en un momento en el que el país vuelve a atravesar una coyuntura energética, que alcanza e impacta a la distribución de diésel, se impone controlar al detalle en qué se usa cada litro.

El pasado 26 de octubre, Cuba-Petróleo informaba lo que ya se estaba viviendo en todo el país. “Debido a dificultades operacionales de logística y una demanda superior a la habitual, se ha producido déficit en la disponibilidad de combustibles en el territorio nacional”.

Así, cada provincia se vio precisada a tomar medidas organizativas para la venta regulada de los inventarios disponibles. Volvieron al panorama avileño las llamadas “cartas”, las colas en los servicentros y en las oficinas del Gobierno provincial.

La distribución de esos inventarios se hace a punta de lápiz, teniendo en cuenta prioridades que, en no pocas ocasiones, superan en número a las cantidades reales. En más de un escenario el gobernador Tomás Alexis Martín Venegas ha explicado que cerca del 75 por ciento del diésel asignado a la provincia se destina a apoyar la generación eléctrica. Los cortes de electricidad menos frecuentes en las últimas semanas le dan la razón.

Pero asegurar que los emplazamientos de generación distribuida aporten carga al sistema electroenergético nacional, y por ende tributen a iluminar hogares y mantener operativos centros de producción de bienes y servicios, está compitiendo con la vitalidad de otros sistemas, digamos, el agropecuario. De eso se lamentaban en la misma reunión los directivos de empresas encargadas de producir buena parte de los alimentos en la actual campaña de frío.

“Hace 12 días no nos dan diésel”, decía Jorge Maceo, director de la Empresa Agropecuaria Arnaldo Ramírez, sobre cuyos campos rojísimos deberían estar los frijoles y las viandas que nos comeremos el próximo año. Con 6000 litros, Ricardo Varona, al frente de La Cuba, podría empezar a preparar las tierras destinadas a la papa. “Si no empezamos a sembrar ya, el cuello de botella va a ser después, a la hora de la cosecha”, insistía. Y como un resorte se ponía de pie Juan Carlos Balmaceda para agregar a la lista de lo impostergable la siembra de arroz.

• En mayo la combinación fatal de lluvias, escasez de combustible y la llegada tardía de las cosechadoras malogró los rendimientos de la papa en Ciego de Ávila.

En virtud de que la provincia no puede pedir un mililitro más del asignado centralmente, y de que las dificultades logísticas (falta de pailas para transportar por carretera) a las que hacía referencia el comunicado de Cuba-Petróleo se mantendrán, la única alternativa posible es el uso eficiente de este portador energético y el control riguroso. Ambos frentes tienen brechas.

No tengo todos los detalles, pero están en investigación al menos dos hechos de robo de combustible, que hablan por lo claro del incumplimiento de lo establecido. En consecuencia, entre los objetivos de trabajo de la máxima dirección de la provincia en noviembre está el análisis de los altos consumidores de electricidad y combustible. “Revisaremos litro a litro contra el nivel de actividad”, enfatizó Izquierdo Alonso.

Lo otro es poner el diésel allí donde genere utilidades, es decir, donde asegure vitalidad. Esa asignatura también tiene suspensos, aun cuando las cuentas son exactas. Combustible que se dilapide es igual a comida que no llegará nunca a la mesa de los avileños. Así de simple es el cálculo. El mandato del primer secretario del Partido a las autoridades municipales y las administraciones de las empresas también es muy exacto: ahorrar, seguir exprimiendo las reservas de eficiencia, predicar con el ejemplo.