Nueva sede para la biblioteca, ¿será en 2022?

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Nueva sede para la bibliotecaHay historias que son demasiado viejas y largas como para buscarle la punta a la madeja, sin embargo, en lo referido al cambio de local de la Biblioteca Pública Provincial Roberto Rivas Fraga, en la ciudad cabecera, encontramos las primeras hebras en noviembre de 2014, cuando Invasor publicó el texto Había una vez una biblioteca ambulante y ponía la lupa en el hecho de que, si se concretaba, sería esta la séptima “mudada” a que sería sometida la biblioteca y que, a la larga, estaba implícito un costo importante para la conservación de los fondos documentales.

Entonces era inminente el cambio, para entregar el inmueble que hasta hoy ocupa al sector educacional al cual pertenece; a pesar de que el nuevo sitio no era “santo de la devoción” de la mayoría, porque alrededor de un 30 por ciento de los materiales bibliográficos no caben en El Ariete. Además, al tratarse de avenidas muy transitadas —intersección de las calles Joaquín de Agüero y Simón Reyes— el ruido atenta contra el ambiente de calma e introspección que debe primar cuando pensamos en la lectura y la investigación.

Por varios años ha sido esta una de las pocas inversiones de construcción y montaje contempladas en el presupuesto del sector de la Cultura. Un edificio que ha tragado muchísimo dinero y que no termina de ver la luz. Al parecer, pudiera lograrse en 2022, pero todavía quedan muchos detalles por pulirse.

Si seguimos hilvanado los hechos, encontramos que solo en 2018, según el Plan de Inversiones aprobado, fueron 270 000.00 pesos los usados en El Ariete, y sobre la marcha surgieron inconvenientes que aletargaron las acciones constructivas, por ejemplo, casas dentro de los límites de la propiedad del edificio, y una pared y parte del techo de la planta alta que se vinieron abajo; lo cual demandó estudios y evaluaciones más profundas a cargo de la Empresa Nacional de Investigaciones Aplicadas a la Construcción.

En 2019 se gastaron alrededor de 315 000.00 pesos y en lo adelante el ritmo siguió creciendo. Sin embargo, el tiro de gracia debió ser 2021, cuando, de manera general, como dijo antes Invasor, las inversiones vivieron su peor momento en la provincia durante la última década, con solo un 62 por ciento de ejecución.

Así lo confirma Raudel Negrín Cuba, director de la Unidad Provincial de Apoyo a la Actividad Cultural, con el dato de que el ritmo constructivo disminuyó debido a la falta de disponibilidad de recursos; por ejemplo, durante los primeros seis meses del año no tuvieron cemento para las labores.

“En este lapso se gastaron 304 000.00 pesos en la terminación de la planta baja, pero faltan acciones, entre ellas, concluir los baños y poner las puertas interiores. Ahora estamos inmersos en un proceso de montaje para darle valor de uso a la planta baja”.

Rodolfo Medero Valdés, director provincial de Cultura, es exacto al hablar de un préstamo del local a la Asociación de Artesanos y Artistas para que sus miembros realicen allí su actividad comercial, sin alterar el diseño estructural concebido para la biblioteca.

“Hasta el momento, y según lo discutido con las máximas autoridades de la provincia, El Ariete será la nueva sede de la biblioteca. No hay cambios en esa decisión”, sentenció el directivo.

Consciente de que falta mucho por construir y restaurar antes de hablar de una posible inauguración, 2022 hizo aguas las esperanzas, porque en el presupuesto de inversiones de la Dirección Provincial de Cultura —cifrado en más de tres millones de pesos, los cuales deben desagregarse entre los diferentes municipios e instituciones— no se contempla dinero por el concepto de construcción y montaje.

Sin embargo, apenas avanzó el año se corrigió el tiro y el edificio El Ariete se incluyó en la vorágine constructiva que pretende revitalizar diferentes espacios de la ciudad cabecera para el bien de la cultura y el público, como los teatros y el cine Nicaragua, buenas nuevas de las que ya hemos hablado aquí.

Según Raudel Negrín Cuba, en estos momentos se trabaja en la segunda planta y se hacen nuevas evaluaciones sobre el costo de la terminación de la inversión, para contar luego con el financiamiento oportuno.

A la larga se trata de tener una biblioteca con mayor confort, para que los esfuerzos y los muchos gastos acumulados ya en la puesta a punto del edificio no hayan sido en vano.

El tema, incluso, es sensible por partida doble, porque hablamos de un sector presupuestado y en extremo vulnerable cuando se trata de hacer coincidir el dinero con las necesidades; en la práctica, estas últimas, casi siempre, lo desbordan.

Fuente: http://www.invasor.cu/es/cultura/nueva-sede-para-la-biblioteca-sera-en-2022