Cuando el Club de la Tercera Edad “Por los caminos del Che” se reúne, la jornada se convierte, literalmente, en un cumpleaños. Son alrededor de 30 jubilados del Ministerio del Interior y las Fuerzas Armadas Revolucionarias en Ciego de Ávila que deciden verse las caras al menos una vez al mes y hacer de la vejez una etapa no solo para peinar canas.

Hace seis años la idea se le ocurrió a Eloy Yero López y, aunque la pandemia de la COVID-19 les hizo permanecer en casa por 21 meses, ahora regresa la algarabía para festejar los cuatro cumpleaños colectivos a los que siempre estuvieron acostumbrados. “El primero fue en febrero, luego mayo, septiembre y, por último, diciembre, que lo uniremos a las festividades por el fin de año.

“En el primer trimestre cumplen cuatro compañeros, en el segundo tres, en el tercero nueve y el otro es el más alto, con 13”. Recita las cifras como quien no quiere dejar escapar ningún detalle.

Lo cierto es que son entusiastas por naturaleza y para corroborarlo solo basta pararse al lado de Isabel Martínez, “pero me llaman Chavela”, cocinera retirada del MININT “hace una tonga de años”.

“La verdad es que la pasamos bien. Nosotros ya tenemos cierta edad y no nos gusta la fiesta de juventud. Aquí hacemos cuentos con picardía, jugamos dominó y así nos entretenemos. Porque en el Parque de la Ciudad, por ejemplo, no nos vamos a sentir bien, no es nuestro ambiente y esa música no nos gusta. A mí sí, mientras más reguetón mejor”.

El líder del proyecto relata que en realidad casi todos los días tienen contacto pues, aunque no se vean siempre, se mantienen en contacto vía telefónica para conocer el estado de salud de todos.

“También hemos visitado el Monumento al Che y el Monumento a la Toma del Tren Blindado, ambos en Santa Clara; el Escambray, el Cementerio de Santa Ifigenia… y, por supuesto, como tenemos también un perfil político y cultural, vamos a los museos de la ciudad y hacemos jornadas de trabajo voluntario. En fin, siempre estamos activos”.

Con un presidente, un político y una económica, estos “muchachos” se autofinancian sus actividades con el aporte de 20.00 pesos mensuales y el apoyo de la Empresa de la Industria Alimentaria, la de Refrescos, Bebidas y Licores, así como la Empresa de Cepillos y Artículos Plásticos de Ciego de Ávila, entre otros.

“Tenemos una enfermera y una doctora que nos atienden, comparten también con nosotros; y un profesor de ejercicios que nos adiestra tres veces a la semana”, asegura Eloy.

“Mire, periodista —se acerca otra vez Chavela—, estos viejos que usted ve aquí me hicieron el primero.de enero un ꞌasaltoꞌ imprevisto en la casa. Allí se aparecieron todos, unos con cerveza, otros con ron, alguien llevó croquetas, otros dulces y la pasamos riquísimo. Estuvimos chivando como hasta las 2:00 de la mañana y así celebramos también el Triunfo de la Revolución”.

Es que el tiempo no alcanza para pasarla bien cuando se es una familia. “Si alguien se enferma, para allá vamos todos a ayudar en lo que haga falta”, es lo último que dice Chavela porque desde cerca le llaman para empezar a picar el cake, preparar los bocaditos y arreglar los platos del primer cumpleaños colectivo de 2022.

Fuente: http://www.invasor.cu/es/secciones/sociedad/para-no-apagar-la-chispa-de-la-tercera-edad