Por Iván Paz Nogueira con foto del autor
En la provincia de Ciego de Ávila el nombre de Dalia Blanco Alejo es poco conocido, sin embargo, mencionar a La Mora enseguida se identifica a esa íntegra mujer vinculada a la Educación.
Con una estirpe de acero heredada por sus padres, lleva 37 años enalteciendo la Pedagogía desde la función de profesora de Matemática y directora de escuelas hasta llegar a la Dirección Provincial de Educación.
La jefa del departamento de Secundaria Básica no pudo esconder las lágrimas cuando recibió este lunes, frente a su apartamento del edificio Multifamiliar El Pediátrico, el agasajo de sus vecinos y compañeros de trabajo.
Hasta su corazón y la puerta de su hogar llegó la placa que la identifica Joya de la Pedagogía avileña, entregada por la Asociación de Pedagogos de Cuba en Ciego de Ávila en reconocimiento a su obra.
El premio fue respaldado masivamente por sus vecinos y compañeros de trabajo más cercanos, que avalan la trayectoria de una mujer fidelista, fiel defensora de la Revolución.
Junto a su hija y yerno, ambos médicos, y dos preciosas nietas, estuvo también, vía Internet, su hijo, quien la sorprendió con una video llamada desde la República Bolivariana de Venezuela.
Y no podía ser de otra manera porque la querida Mora se ha ganado el cariño y respeto ante un ejemplo y consagración que la distinguen como educadora y cubana ejemplar.