Como un debut por todo lo alto podrían calificarse los resultados en competición por el proyecto sociocultural Ananá, durante las sesiones del octavo Festival Internacional Rodando Fantasías, el cual finalizó recientemente en la provincia de Villa Clara, como parte de las acciones de la Red Cámara Chica de Cuba, que busca estimular la producción de videos y audiovisuales hechos por niños.

Los muchachos avileños, liderados por Lisset Quintana Veranes y Alexander Hernández Rodríguez, se alzaron con sendos reconocimientos en un certamen que destacó en este 2022 por la amplia presencia internacional.

En la categoría infantil se premió a Salet Viera Carvajal y a Keila Rosa Ruiz por Componente natural, y en la de adolescentes a Enmanuel Mendoza Delgado con Plantas medicinales que puedes encontrar de camino a la escuela.

Según declaraciones de Lisset y Alexander, fue una alegría tremenda participar de manera presencial por primera vez en la cita, la cual vino a enriquecer su experiencia como gestores y la de los muchachos como creadores. A lo que se suma el aprendizaje derivado de los talleres de animación, montaje y periodismo impartidos por profesionales de renombre.

“Es emocionante conocer a las personas tras los chats y los teléfonos, con quienes hemos interactuado en los últimos meses. En este lapso, a través de Telegram, por ejemplo, se impartieron cursos y se puso información importante al alcance de la mano. Es placentero, también, que los niños intercambien con los miembros de otros proyectos y que vean los materiales que hacen sus contemporáneos. El festival nos ayudó a corregir prácticas y a comprender que el centro de este universo son ellos y sus historias”.

Ramón Irigoyen Milián, coordinador del Festival Internacional Rodando Fantasías, dijo al portal de la Televisión Cubana, que con los años han logrado la incorporación de varios grupos de creación audiovisual infantil, que integran la Red Cámara Chica a lo largo del país, la cual está impulsada por el Consejo Nacional de Casas de Cultura y el British Council.

Entonces, la participación de Ananá no fue casualidad, sino parte innegable del crecimiento y la superación de este festival, que no ha dejado de buscar nuevas propuestas a lo largo y ancho del país y de ayudar a visibilizarlas. De momento, continúan con paso seguro sumando niños e involucrando a las familias en cada proceso creativo, pues los productos audiovisuales logrados no por sencillos o empíricos pierden su magia.